Cómplice Café

16 05 2011

Si pudiera imaginar ese grano lo importante que será en la vida de las personas, del gran plan que se orquesta y de la trascendencia y papel futuro de influencia encapsulada en sus adentros. Por que el café no es una bebida, es un cómplice, un compañero, un despertador; es quien te echa aguas, el que te alerta, el que te acompaña en el primer suspiro del día y quien conoce de tus labios el secreto compartido con tus amigos y en sorbos revelas antes.

Ese, el amigo que derrama junto a Tí su rímel en la taza cuando lloras, el agitador de risas cuando lo compartes, el seductor apuntador de confianza cuando te encuentras a los ojos de quien compartirá el resto de tu vida. Café, palabra, trato, apretón de manos, consuelo en las tristezas, manta tibia en las heladas, refrescante colaborador en tanto el sol aprieta.

Definirlo podríamos, pero lo más cercano a su esencia es la complicidad. Elegante, constante y encontrado en cualquier parte. Fidelidad más férrea no habrías de hallar, sin pensar en una taza los recuerdos pasan, los planes logrados y el amor pasajero o espontáneo. En boga, de moda y disfrazado, siempre con sumo cuidado para no decepcionarte jamás. De frío o helado, en dulce o cargado; ese café nos da sus ratos, noches de estudio infinitas, corte de mareos instantáneos y si lo digo con cuidado, un café ha evitado con la lucidez entregada, hasta guerras.

Dame una razón para no permitirme al borde de un taza regalar un beso a la bebida de miles admirada, entrega suavemente, muy despacio y sin presente los planes de tu cabeza. El hoy, tan efímero como la orilla de un vaso de unicel, de un termo, de una medida, de un recipiente que encierra de repente la eternidad de su buqué, del aroma a amanecer, el deleite y el placer que da un buen café.

Los planes maquiavélicos y el rescate de la economía, la pereza y la alegría se presentan por igual, se despejan al tostar, los granos mejor seleccionados, de robustos, de arrabal o arábigos refinados. Respira, disfruta, deleita el paladar con uno de sus conocidos aromas, que sin reparar en ello, es el alma de ese grano que ha hecho su trabajo sin imaginar.


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2 responses

17 05 2011
El Enigma

Bendito cafe que siempre cerca esta … cheers

17 05 2011
Perla

«El café ha sido y será el acompañante de las buenas decisiones» reza un dicho en griego, y yo le tengo fe. Personalmente no es una moda: desde que tengo recuerdo la abuela nos preparaba café con leche y galletas por la mañana, pues era cuando necesitábamos claridad para definir lo que vendría.

Ahora como una costumbre, cada mañana bebo una taza con sus invariables gramos que despiertan y animan, con el fin de tener la mente clara y lograr los objetivos del día.

En fin, mil gracias por compartir.

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